Un recorrido por los más importantes momentos de la séptima temporada de Game of Thrones, un paso antes de su temporada final
A diferencia de las temporadas anteriores que se conforman por diez episodios cada uno, la séptima temporada de Game of Thrones solo tiene siete capítulos, pero uno más intenso que el siguiente. Al igual que la temporada anterior, en su mayor parte se compone de contenido original que no se encuentra en la saga Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin. El autor de la serie brindó orientaciones a los productores para contarle su visión sobre la historia.
Al comienzo de la temporada, Daenerys llega a Dragonstone, mientras que Cersei se ha atrincherado en King´s Landing, dispuesta a defender a toda costa el Trono de Hierro. Entran en juego los grandes estrategas de los dos bandos, Tyrion, por un lado, y Jaime, por otro.
Los Lannister están prácticamente solos y únicamente cuentan con el apoyo de Euron Greyjoy, quien ataca a sus sobrinos Yara y Theon, tomando la flota de las Islas de Hierro. Yara es hecha prisionera y Theon huye asustado arrojándose al mar. Además, Euron entrega a Ellaria Sand a Cersei, quien la castiga por el asesinato de su hija Myrcella, haciéndola contemplar la agonía de su propia hija causado por el mismo veneno con el que Ellaria mató a Myrcella.
Jaime gana la batalla contra el escuadrón de Inmaculados y conquista el castillo de los Tyrell, buscando a Ollena y reclamando su vida, por voltearse contra la causa de Cersei. “Díle a Cersei que fui yo”, es la manera como Ollena se despide de Jaime, haciéndole saber que fue ella quien envenenó a Joffrey en la boda con su nieta Margaery.
Daenerys percibe que la estrategia ha sido lenta, y que un triunfo, como la toma de Casterly Rock, puede transformarse en derrota, así que no tarda en aprovechar el potencial bélico de sus tres dragones, auténticas armas de destrucción masiva, haciendo retroceder a las tropas de Jaime, quien casi muere consumido por la furia de los dragones.
Jon Snow, elegido Rey en el Norte, se acerca a Daenerys buscando una alianza para detener la amenaza de los Caminantes blancos, la tensión es fuerte entre ambos. El debate sobre el trono de Hierro pasa a un segundo plano, cuando Daenerys termina viendo la amenaza real del Invierno que está llegando. Y esto, a su vez, pasa a segundo plano cuando los dos terminan enamorándose. Jon Snow convence a Daenerys de ir al Norte a pelear contra los Caminantes blancos, y extraer de las minas Acero valyrio, material que puede destruir a estos seres.
Tyrion intenta, a través de Jaime, una audiencia con Cersei buscando una tregua y solicitando aliarse contra la avanzada de los Caminantes blancos. En un episodio de muchos encuentros incómodos, Cersei puede ver a un caminante blanco y, finalmente promete enviar tropas al Norte para enfrentar al enemigo común.
Arya y Bran regresan a Winterfell y se reúnen con su hermana Sansa. Ellas no entienden a Bran, que ahora se ha vuelto el Cuervo de Tres Ojos. Las hermanas empiezan a mostrar rivalidad entre sí, alimentada por los juegos de intriga de Littlefinger, pero lo desenmascaran y termina siendo juzgado por conspiración, y ajusticiado frente a los lores del Norte.
El ejército de los Caminantes blancos se ha fortalecido, con la ayuda de uno de los dragones de Daenerys, que cayó en batalla, en la misión para buscar al caminante blanco para mostrar a Cersei. Ahora el ejército del Rey dela Noche llega al Muro y, con la ayuda del dragón, lo destruye fácilmente, logrando traspasar la frontera de los Siete Reinos. El Invierno está aquí.
El Invierno ha llegado a Poniente. Jaime contempla cómo cae la nieve sobre su mano, discute con Cersei porque cae en cuenta que ella engañó a Daenerys y no va a enviar tropas para luchar contra los Caminantes blancos y, entendiendo que en esta batalla está en juego la sobrevivencia de la humanidad, huye solo hacia el Norte.